Existe una tendencia general que trata de atribuirle cierto progreso al paso del tiempo, como si cada año que pasa debiera ser mejor que el anterior. Sin embargo, la realidad habla por sí sola y no hay más que verla y analizarla. Tenemos un mercado de trabajo más competitivo, más escaso, de fácil despido y peor pagado que el de nuestros padres y madres; la calidad del sistema sanitario está retrocediendo a pasos agigantados; el fantasma de la despoblación nos mira cada vez con más intensidad; tenemos la guerra a las puertas de Europa; cada año que pasa hace más calor, hay más incendios y sequías… y así podríamos seguir varias líneas más. Claro está que la juventud vive en una constante incertidumbre, incluida la de Aibar/Oibar. No obstante, esta cadena de sucesos no nos puede cegar y hacer olvidar lo que han llegado a hacer generaciones pasadas por y para nuestro pueblo, teniendo como base una organización crítica y combativa. Es innegable que los tiempos cambian, al igual que las inquietudes y las maneras de actuar. Aún así, si por algo se ha caracterizado Aibar/Oibar, ha sido por su alta participación vecinal, desde los/as más jóvenes hasta los/as más mayores. Tenemos claro que hoy en día siguen existiendo esas condiciones materiales y humanas para avanzar conjuntamente, buscando nuevos retos, nuevas maneras de relacionarse y de organizarse, pero sin cambiar la voluntad por la cual hacemos todo esto, que es la de trabajar unidos/as por un pueblo. Sigamos haciendo comunidad y sigamos sintiéndonos orgullosos/as de nuestra actitud y compromiso.
Iban Pérez Segura, Paula Isusi Burguete
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